jueves, 1 de noviembre de 2012

Treinta y ocho


Es fascinante cómo
cada vez que me adentro en Uno
puedo esperar cronométricamente
un repetido desliz de tus dedos (y mirada helada)

Y es fascinante cómo las noches te retuercen en el suelo

Más precisamente agridulce
y tan dulce
cómo sé tan bien
que cada una de estas infidelidades es una deformada demostración
de este infinito amor que nos tenemos y tú a mí
cómo sé interpretar varios te amo's
en todas las desfiguraciones de tu nocturna realidad.

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