Ayer tú me llevabas del brazo y yo a ti bajo mi paraguas colorado. Tu rostro caminaba enmarcado del rojo por la calle Ramón Carnicer con nuestros pasos sincronizados arriba-abajo.
Hoy salí a trabajar otra vez bajo la lluvia. Otra vez bajo mi paraguas rojo, sin embargo,
esta vez miré a mi lado y no encontré más que un montón de rojo. Un gran espacio vacío de rojo sin ti.
(El clima históricamente ha tenido lluvia para nosotros).
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