Cuando me abraza, me abraza
fuerte
Y dice “ay, Sara, ay, Sara”
Murmura el mundo al mundo
Es quizás la única persona en el
país
que lee lo que todos quieren que
lean
Desliza su mano por mi cara
En un movimiento que, pasado los
días, no logro entender
Y se le desdibujan los ojos
cuando hablamos
Porque en nada se centra de a una
vez
La dificultad que él genera para
entender sus emociones
Es suplida por expresiones
literales
“estoy
feliz, Sara”, y
se me cosquillea el estómago
Su existencia, me libera el alma
El espacio mínimo entre él y yo,
me florece
Sus besos, me derriten
Con él es pura magia.
Él es el círculo perfecto que me
devuelve a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario