Cinco
Es
que nunca he podido dejar de recordar tu mirada, tus palabras tibias,
inquebrantables. Quisiera encontrar cuanto amor he perdido en el camino, el
rastro que barriste con silencios e incredulidades. Dónde se compensa la falta
de ti. Dónde existe tal suspiro que me prometiste, que tendríamos a los ojos,
que saborearíamos delicadamente con nuestras manos y el cielo absoluto. Lo
absoluto que aún mendigo por ti, lo absoluto que te atreviste a dejar atrás,
pero que yo –por más que lo repita- no me logro desligar. No más.
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